Este sábado se juega el penúltimo partido del que saldrán quienes exhibirán por méritos los honrosos tercer y cuarto lugar, situación a la que han llegado luego de sortear, con pundonor, los aciertos y errores presentes siempre en esta clase de encuentros.

Las escuadras de Holanda y Brasil se enfrentarán por aquel triunfo que les permitirá esbozar nuevamente su acostumbrada sonrisa, basada en aquella conocida y respetada calidad de sus integrantes que los ha convertido en potencias futbolísticas.

Aunque en esta ocasión será para recuperar esa alegría últimamente apagada por las sendas y amargas derrotas que les cortara sus aspiraciones a llegar a ser campeones.

Particularmente Brasil, el americano pentacampeón mundialista, cuya historia rutilante ha sentido la sombra de una goleada sin precedentes, irá hoy con todo su vigor e inteligencia a rescatar algo del orgullo vapuleado por el fatídico 7-1 propinado por los alemanes.

Creemos en la garra carioca y como americanos enviamos nuestra solidaridad y confianza a la escuadra “verdeamarela”, esperando que el triunfo sea el aliciente para el pronto resurgimiento de esa fuerza avasalladora del balompié internacional.