Luego de los abominables actos destructivos de las torres gemelas en USA, que ocasionaron la muerte de muchos seres humanos, el gobierno americano convocó a expertos agrícolas para identificar las pestes y los cultivos que podrían ser impactados por actos de contaminación  del bioterrorismo, determinando que el Fusarium oxisporum sp.  cubense, raza tropical 4, es el patógeno de más alta agresividad que podría provocar, en muy corto plazo, la desaparición de plantaciones de banano y plátano en el continente americano, donde todavía no se ha confirmado. Para hacerlo, verificaron la facilidad de acarreo por medios naturales como corrientes de aire y agua, la resistencia de los órganos de diseminación a las condiciones climáticas adversas, la inexistencia de controles químicos o de labores agrícolas que lo neutralicen, las toxinas nocivas que genera y la falta de variedades resistentes.

Paralelamente, las entidades de seguridad americana han diseñado originales planes de control, de tecnología muy avanzada, para poder detectar su movilización voluntaria o no, producto del enorme intercambio comercial de esta época, facilitada por el hecho que un gramo de suelo puede contener miles de minúsculos organismos que originan colonias de gran virulencia hacia las plantas que afectan. Recomendaron a los productores poner en vigencia medidas que alarguen el ingreso a territorio nacional, hasta que la comunidad científica internacional encuentre tipos incorruptibles al flagelo, única forma de neutralización.

La historia agrícola recoge similares casos comprobados de propagación delictiva interestatal de los microbios que trasmiten la enfermedad conocida como Escoba de Bruja en cacao, que redujo significativamente las exportaciones del grano en Brasil, llevando a la quiebra a cientos de agricultores.