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A dos centavos, pues sí…
A dos centavos, pues sí…
Por: Jorge Maldonado
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Miércoles 02 Julio 2014 | 04:00

Con valores tomados de un recibo de la Corporación Eléctrica, por 1.545 kilovatios-hora consumidos, se pagó 235 dólares, o sea que cada kilovatio/hora costó aproximadamente 152 centavos. Y siempre ha sido así; desde cuando funcionaba la empresa independiente que se decía manabita y que fue defendida por los manabitas, a pesar de la explotación que surgió de su sistema de facturación.

Me han dicho que desde agosto van a tener que cobrar a dos centavos el kilovatio-hora; se supone que la facturación vendrá elaborada con una sola tarifa nacional por la Corporación Nacional y la oficina local funcionará únicamente como agente de cobranza. Pero, por favor, no me pidan que crea que van a reducir el valor de las planillas de consumo eléctrico, cuando ya tienen “domesticado” a su mercado cautivo; si nos cobran siete veces más y todos vamos con humildad a pagarles ese suministro tan caro.
Lo malo es que desde agosto tenemos que preparar los alimentos en cocinas de inducción, o sea en cocinas alimentadas con electricidad. Significa que esos aparatos permanecerán conectados unas cuatro horas, lo que significará un consumo de por lo menos entre 15 y 20 kilovatios hora, cada día. En 30 días serán por lo menos 450 kilovatios hora, para las familias que ahora pagan menos de 10 dólares por mes, con una considerable elevación en el costo de la vida.
Ciertamente que el gas es un bien que puede ser exportado con facilidad; hay toda una gama de posibles clientes, mientras que la producción hidroeléctrica tenemos que consumirla nosotros, porque nuestros vecinos ya están abastecidos. 
no está bien que el Estado obligue a la población a asumir la responsabilidad del destino de sus bienes exportables. Se supone que el Estado surge para garantizar buenos servicios para la población y asumir las responsabilidades de la concentración de poder. No es justo que se quite a la población el derecho a utilizar el gas, al restarle el subsidio que mantiene su precio bajo. Bien se pudo elevar el precio de la bombona de 15 kilos a 5 dólares, por ejemplo, y se evitaba nuevas inversiones a todas las familias ecuatorianas.
Es que a partir de agosto se deberá cocinar con electricidad, mediante cocinas de inducción que costarán entre 215 y 450 dólares, según el tamaño. Hay que añadir el costo de la instalación de 220 voltios que requieren tales cocinas y luego, a esperar la planilla por el mes de consumo.
Sería lógico que la Corporación Eléctrica realice en efecto una revisión realista de sus tarifas, porque si se mantienen a los niveles actuales casi que están obligando a la población a volver a las velas y a los hornos de leña y carbón.
Mientras tanto, el señor Estado tendrá suficiente gas para realizar exportaciones y fortalecer el presupuesto que le permite construir escuelas y centros de salud, como si se aplicara un nuevo impuesto para el efecto, procedimiento que hubieran utilizado si no pensaran en la reelección.
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