Han cambiado los tiempos y la evolución de la sociedad, de acuerdo a “la revolución ciudadana” de Alianza PAIS, el movimiento que patrocina al actual gobierno, con cambios en varios órdenes de la vida nacional, como son la educación, la salud -a pesar de que los avances son mínimos-, y por supuesto, ahora le tocó a las FF.AA., algo que debe ser analizado y pensado con mucha responsabilidad.

 

¿Qué FF.AA. quiere el país? ¿Cuáles son los objetivos básicos y permanentes de las FF.AA. en el desarrollo del Estado? ¿Ya no deben existir? ¿Consumen mucho dinero? 

¿La paz está garantizada para siempre? Son preguntas que se hacen la gente y los ciudadanos interesados en nuestra nación.

¿Cuántos miembros deben conformar las tres ramas de las FF.AA.? ¿En qué estudios se basan para reducir el personal? Mientras las FF.AA. colombianas pasan de los 400.000 hombres, en el Ecuador sus FF.AA. apenas llegan a los 40.000; ¿Cuántos efectivos tienen las FF.AA. peruanas? ¿Cuál es el verdadero poder de disuasión de nuestras FF.AA? 

Si queremos una América Latina sin fronteras, por qué no empezamos un plan de desarme global de todos los ejércitos de la región y llegamos a la tan ansiada utopía de la paz total, de la no guerra, algo que sería lo ideal, pero que habida cuenta la perversidad de la especie es algo menos que un “sueño de perros”.

Necesitamos unas FF.AA. profesionales, defensoras de los derechos humanos de los habitantes del Ecuador, de todos, sin distingo de ninguna clase; que sean el respaldo de la ley, de la Constitución, que se deban al estado y la nación y nunca se conviertan en guardia pretoriana de nadie, ni de caudillos, ni de grupos políticos. 

En definitiva, que garanticen la sana convivencia siempre enmarcados en la ley y nunca más tomen por la fuerza el poder político.

En la frontera norte tenemos una narcoguerrilla criminalterrorista, sin piedad, que asesina y mata a personas civiles desde hace más de 50 años; es un verdadero peligro que atenta la existencia misma del Ecuador. 

La respuesta debe ser certera y contundente, con unas FF.AA. operativas, funcionales, rápidas; que puedan responder a cualquier amenaza externa que quiera hollar otra vez la heredad territorial y la soberanía de un pueblo pacífico pero guerrero, en la expresión de querer existir en el concierto de naciones en el mundo.