Miles de manabitas viven y trabajan en Quito y centenares de manabitas trabajan en la región oriental.

Ahora el aeropuerto Reales Tamarindos está inactivo, muchos con razones y otros, por temor reverencial, quieren que el aeropuerto se cierre definitivamente.

Considero que llegar de Quito y de la región oriental a las playas de Crucita, San Jacinto, San Clemente, Canoa, Jama y Pedernales el aeropuerto Reales Tamarindos presta facilidades óptimas. 

Viajar vía terrestre es incómodo. 

Con razón el Ministerio de Turismo ha invertido varios millones de dólares para fomentar el turismo hacia nuestro país; felicitaciones. 

Si se promociona el turismo a nivel internacional, es conveniente que los turistas que llegan al país tengan una vía rápida, como es la vía aérea, para llegar a nuestras playas.

Y que conozcan al mismo tiempo la historia de nuestra provincia, visiten nuestras ciudades como la histórica Bahía de Caráquez.

Los que patrocinan el cierre definitivo del aeropuerto Reales Tamarindos argumentan que el aeropuerto Eloy Alfaro de Manta está muy cerca de la ciudad de Portoviejo.

Y que en 30 minutos se cubre la ruta, pero olvidan que viajar de Jama, Chone, Bahía y del cantón Pichincha al aeropuerto Eloy Alfaro de Manta lleva un tiempo de por lo menos una hora. 

El cierre del aeropuerto de Portoviejo de manera definitiva debe analizarse con cabeza fría.

Cuando se suspendieron los vuelos del aeropuerto Reales Tamarindos a Quito se multiplicaron los criterios para que el aeropuerto siga operativo. 

Por ello, “prohibido olvidar”, que el Ilustre Concejo Municipal de Portoviejo, el Consejo Provincial de Manabí y la Cámara de Comercio de Portoviejo,  manifestaron que el aeropuerto Reales Tamarindos debía seguir operativo.  

Según recuerdo, Esas resoluciones no han sido revocadas.

Si se cierra definitivamente el aeropuerto Reales Tamarindos, el extenso cantón Portoviejo y el centro norte de la provincia no pueden quedarse sin un aeropuerto que fomente el turístico y la prosperidad de todos. 

Por ello,  antes de cerrar por siempre el aeropuerto Reales Tamarindos debe construirse otro en las llanuras del cantón Rocafuerte, 

Seróa otro que permita el movimiento aéreo entre la capital de la Republica y todo el país.

Las nuevas autoridades que se posesionarán en mayo próximo deben socializar el tema en la comunidad, que impulsen la unidad de la provincia y su prosperidad.