Según destaca la creencia cristiana, tanto la muerte como el dolor llegaron a la vida de las personas como producto de la desobediencia en los orígenes de la Creación. Mariuxi Delgado, pastora evangélica, explica que fue por la desobediencia de Adán y Eva que el pecado entró en el mundo y por ende el hombre se volvió “un ser carnal” expuesto a la muerte física.

“Este es un hecho al que todos estamos expuestos por la falta que cometieron contra Dios Adán y Eva. Pero esto no determina el fin de la vida. Más bien es el paso a una nueva vida, claro está, dependiendo hacia dónde el ser humano elija que su espíritu vaya (cielo o infierno)”, indica.

Además, este concepto no se aleja de la realidad católica.

Por su parte, el sacerdote manabita Larry Bowen sostiene que la muerte y el dolor sobrevinieron como consecuencia del pecado.

Sin embargo, aclara que no se debe tener miedo a la muerte, “más bien prepararnos para la nueva vida en el Señor”.

“La muerte es un estado físico al que todos llegaremos en cualquier momento, pero lo importante de ello es estar seguros de cómo vamos a afrontarla”, dice Bowen.

Amplía que después de la muerte hay vida, y lo apropiado es que todos los creyentes en Dios accedan a la “nueva vida en el Señor, en su seno, en su gloria”.

 

MÁS. Otro de los que opinan sobre el tema es el psicólogo Jhimmy Gutiérrez, quien destaca que todos los humanos deben esperar estas experiencias con paz, equilibrio y con la mira de dejar una huella imborrable en el mundo, mediante las buenas obras.