La fecha es idónea para recorrer Manabí en familia, contemplar los paisajes que ofrece la campiña y detenerse en Bachillero para deleitarse con el sabor del chame que se cría en la zona. El alimento es perfecto para quienes mantienen una tradición católica, que sigue intacta en muchas familias, y que consiste en no comer carne en Viernes Santo.
Bachillero está en la vía Tosagua-Chone. Es un lugar donde, además de cultivarse la tierra, se cría el chame, que tiene gran demanda, ya sea crudo o preparado. Lo tradicional es consumirlo frito, acompañado con patacones, arroz y ensalada, que atrae a los comensales más exigentes.
Diolandesa Cedeño vende chame frito en su vivienda, al filo de la vía. En su receta tiene un ingrediente básico, que es el almidón, y que lo utiliza para embadurnar el chame antes de lanzarlo a la paila con aceite, con lo cual logra que éste adquiera una textura crujiente.