Con un poco más de 44 años de construcción y más de 20 años desde la última intervención, es necesario optimizar sus condiciones: los hinchas manabitas lo merecen. 

Lo obvio es mejorar camerinos, pisos de túneles de jugadores, bancas de suplentes, cancha, cabinas y palco de prensa, escaleras, butacas o sillas, baños, iluminación y marcador electrónico (estos dos últimos en proceso de contratación, según se conoce). Pero eso no es suficiente.

Hoy, cuando se habla de un escenario se integran muchos conceptos que tienen como principio y fin al ser humano. 

La “experiencia del espectador”, dicen los técnicos.  

Es decir, un cúmulo de facilidades, tecnologías, colores, vistas, formas y arquitectura al servicio del hincha. 

Así, a lo obvio que se menciona en las primeras líneas se debe sumar, por ejemplo: la accesibilidad al escenario (vías, ciclovías, veredas, señalética, etc) y la movilidad en los alrededores.

Colocar áreas y ascensores para adultos mayores y personas con discapacidad, es urgente en momentos de igualdad e integración. 

Ya no se puede continuar evadiendo la falta de parqueos. Esto debe ser estudiado y atendido.

La revisión de los ingresos y salidas de emergencia, la movilidad dentro del estadio, las cámaras de vigilancia y su conexión con el ECU-911 son imperiosas cuando se habla de estadios seguros y la eliminación de mallas. 

La distribución, zonificación y numeración de asientos con las distancias y las medidas internacionales también. No debe ser una locura pensar en un cien por ciento de butacas como en las grandes ligas. 

Zonas de hidromasajes , gimnasios, salas de capacitación y auditorios son servicios requeridos para los deportistas; y para los hinchas mejores áreas para servirse alimentos, zonas para el descanso y la distracción en el entretiempo. 

Además se requiere buenos programas de anuncios, servicio de datos y comunicaciones, pantallas gigantes de última tecnología y sistemas para publicidad móvil-led.

Hay que asumir que la realidad climática amerita que se piense en una cubierta que no solo beneficie a la tribuna. La incidencia de cáncer de piel y enfermedades dermatológicas por la mayor presencia de rayos ultravioletas así lo obligan. Un estadio cubierto sería ideal; lo mínimo es ampliar el techado a la preferencia.

El estadio Reales Tamarindos debe ser atendido por el gobierno como el Atahualpa y el Alejandro Serrano. 

Por qué no pensar en un estadio que sea un ícono de la provincia, un atractivo turístico de la región, e incluso del país.