De algunas obras que cita ya hay resultados, pero el fondo se mantiene:

“De acuerdo. Todos quienes queremos el adelanto de la capital manabita apuntamos al mismo blanco; lo distinto es lo que disparamos y las intenciones. 

No porque queramos curar la tos vamos a sobreinyectar de supuestos antibióticos al enfermo, arrogándonos funciones del médico.

Una gran verdad es que nadie sabe el calor de la olla hasta que está dentro de ella. Y eso es lo que hay que hacer primero: Meterse para sentir la temperatura y luego trazar las estrategias del caso. Somos buenos para dar palo porque bogas y lo mismo porque no.

Las buenas intenciones se dice que tapizan el camino al infierno, porque muchos las utilizan en otras cosas; y lo principal y más fácil para ellos es meter candela, criticar, denostar, criminalizar. 

Y la municipalidad, estimado amigo, ha sido tomada como “esquina de la Tiburcio” - antes urinario -, a la que todo hijo de buen vecino le falta el respeto. 

Pero hay burros que se atreven a criticarle a la municipalidad las orejas largas.

¿Por qué no se hace igual crítica a los ministerios que faltan su palabra e incumplen con las promesas para con la ciudad y cantón? La carretera a Crucita tiene cerca de diez años en construcción. Crucita está aislada de la ruta del Spondylus. El hospital - Verdi Cevallos - declarado en emergencia y no llega la plata a pesar que se terminó la emergencia inicial (ya llegó). El hospital de especialidades recién parece va a ser atendido por el ministerio  (ya está en construcción). Las escuelas y colegios tienen vergüenza de recibir a sus estudiantes porque no hay dónde ubicarlos o mejoras que entregarle. El Ministerio de Cultura tiene tonteando a Portoviejo con la ayuda a la construcción de un teatro, con un delegado provincial que parece más enemigo que amigo de la ciudad, a pesar que vive en ella. Ahora se pide que el mismo concejo - chiro - sea el que ponga el dinero, ¡qué burla! 

Yo creo que la mejor manera de manejar un pueblo es a través de la desconcentración de poderes hacia las municipalidades y de la autonomía participativa. Pero no hay que desbaratar el núcleo porque se jode el átomo y se desbarata la materia. ¿Qué grupo ha presentado aunque sea su preocupación? 

Hay que ser veedor permanente, insidioso, constante, pero ciertamente justo y certero. Lo otro es vandalismo de las ideas y sicariato de nuestro prestigio. En verdad, como Ud. lo sostiene, hay que ser ciudadano primero, habitante después. Vividor y oportunista, nunca. Bien está la lucha, pero hay que cuidarse de los arribistas.

Como Ud. lo mantiene, lo primero de lo primero; es decir, ser ciudadano. 

Atentamente.. Polvorón”.