Y es que, confieso, me gusta la parte que penaliza la injuria, dado a que, nadie, desde el Papa hasta el choro que me asaltó recién, debe estar exento de sanciones cuando agravia, ofende, ultraja, deshonra, afrenta, envilece y desacredita a otros (as). O hace odioso, sospechoso o despreciable a alguien por raza, sexo o religión. O injuria, se burla, pone apodos, hace imitaciones grotescas, descalifica a quien “le cae chancho” porque tiene algún defecto, porque pertenece a círculos sociales o políticos diferentes, o, simplemente, porque sus opiniones son distintas.

Vayamos al grano. Vosotros os estaréis preguntando con lógica curiosidad: ¿En qué consiste el aporte al veto presidencial?

Respondo: Mi aporte al susodicho veto consiste en sugerir que al COIP se le incorpore dos numerales:

El primero, el texto del Art. 210 del Código Penal de España que dice: “El acusado de injuria quedará exento de responsabilidad, cuando las imputaciones se dirigen contra funcionarios públicos sobre hechos concernientes al ejercicio de sus cargos, referidos a la comisión de faltas o de infracciones administrativas”. Ejemplo: narcovalija, pativideos, comecheques, etc.

El segundo, un catálogo de las injurias que deben ser consideradas como delitos a perseguir y sancionar. Ejemplo: badea, amorfo, melenudo, aniñado, basura, Walter Mercado, consejeros sexuales siendo vírgenes, cavernícolas, gente de la peor calaña y majadera.

También: bruto, imbécil, perro, masón pega mujer, caregil, caretuco, cloaca con antenas, madera de rateros, cueva de ladrones, encuestadora chimba, desequilibrado, alcalde garrotero, cadáver político y fascista.

Sigue: perro, títere, gallinazo, narcopolítico, pasquín, payaso, enfermo insignificante, enano, puerco e idiota.

Además: incapaz de pensar, hermano lelo, limitadito, ladrón, mafia, prensa corrupta, vende patria, matón de barrio, mediocre, gorda horrorosa, mercenaria, miserable, vieja arpía, momia coctelera, mujer nefasta, trompudo, pitufo gruñón y cara de estreñido.

Finalmente: bestias salvajes, torpes, pelucones, perros rabiosos, pillos, sátrapas, sinvergüenzas, terroristas, universidades de garaje, váyanse a la  casa de “vergara” y que los ricos coman “miermelada”.

Así… sí. ¡Bienvenido sea el veto del Supremo man! Triple Batería de Júbilo. Clap clap clap.