La economía del Ecuador ha  crecido de la mano de una inversión pública gigantesca que ha permitido que en pocos años disfrutemos de excelentes vías, de nuevos hospitales, escuelas, etc. Pero claro si al mejor gobierno del mundo  se le caen los ingresos sobre los que sustenta  las inversiones, tendrá que detenerlas. Bueno esto es lo que advertido el Presidente. Cualquier ajuste en caso de reducción del precio de petróleo, por ejemplo,  vendrá por el lado de inversión pública. Es decir que de la misma manera que una persona  detiene abruptamente el gasto cuando declinan sus ingresos, pero eso sí no deja de comer, así lo haría el gobierno.

Por lo tanto, si este supuesto se cumple ¿qué pasaría  con todos los negocios o personas que de una u otra manera depende del gasto público? ¿Qué pasaría con los que han contraído obligaciones para cancelarlas específicamente con dinero proveniente de una inversión pública?  Realmente entrarían en problemas. A lo mejor muchos no podrían pagar las casas que han comprado o los autos que adeudan. Pero también podría ocurrir  que el banco del IEES se torne lento para desembolsar los préstamos o  lo peor que por A o B motivos los suspenda por un tiempo.  En ese caso, creo que hasta programas completos de vivienda podrían detenerse lo que eventualmente podrían llevar a la desesperación a sus promotores. Pero  además hay otro efecto. El sector de la construcción, como se conoce, es uno de los que más mano de obra emplea y por consiguiente cuando padece algún problema se lo siente en amplios estratos de la población. 

Lo correcto  entonces es buscar fuentes alternativas de ingresos como en cierta medida se lo está haciendo. Es que este es un problema que  lo entiende y conoce el gobierno y por eso busca alentar el turismo, las exportaciones de bienes y servicios. Es que  lo que se desea son otros ingresos ajenos al petróleo, no depender de ellos. Igual deben hacerlo las personas. El tema es evitar que un ajuste del gobierno por el lado de las inversiones públicas afecte  la vida de aquellos que reciben ingresos directos o indirectos del Estado. Un clásico ejemplo serían los contratistas de obras públicas y todo lo que se mueve alrededor de ellos.Serían los primeros en sufrir.