Las causas no han sido exactamente definidas, pues se atribuyen a la escasez de agua y alimentos, mientras que por otro lado se opina que el problema se debe a la enfermedad llamada carbunco. 

Y es precisamente esta indefinición la que incrementa la confusión y crea crisis en la población, pues hasta ahora no hay un factor  cierto en el que los ganaderos, especialmente, puedan basarse, lo que hace imprescindible la intervención del Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca (MAGAP) para que establezca causas y motivos de los decesos.

Es que ambas teorías esgrimidas parecieran tener sus razones, pues una falta de alimentos y de agua está pronunciándose por el retraso de las aguas lluvias, al igual que técnicos han diagnosticado la presencia del carbunco en animales muertos.

De allí que el MAGAP debe acudir para dilucidar la situación y determinar las medidas a adoptar para enfrentar el problema que desprende consecuencias como la baja en la producción de leche, queso, entre otros derivados.

La población de ganaderos espera una pronta información oficial para programar acciones a tomar, claro, con la ayuda gubernamental, tales como la entrega de alimentos y agua, la presencia de personal de salud animal o la entrega de créditos, de ser prudente.