Quienes viven y hacen comercio en el lugar sostienen que desde que está el Registro Civil en la zona, siempre hay un “mar” de personas en la avenida.
Explican que el movimiento se observa desde la madrugada, pero es más notorio en la mañana.
Carlos Pérez, comerciante, añade que en la actualidad, el aglomeramiento de ciudadanos se debe a que muchos padres de familia quieren inscribir a sus hijos como parte del proceso de enrolamiento.
“Llegan desde muy temprano, hacen largas filas, entran y salen de la institución, cruzan la calle de un lado a otro”, cuenta.
Dice que esto se vuelve peligroso porque por el lugar también circulan vehículos.
Eugenia Palacios, también comerciante, relata que esta situación le ha resultado beneficiosa para su negocio.
“Llegan personas desde muy lejos. Nosotros los comerciantes les ofrecemos de todo un poquito, muchos de ellos (usuarios) vienen sin alimentarse”, agrega.
Camilo Valencia, morador, siente preocupación porque sostiene que por la zona circulan carros y motos en ocasiones a exceso de velocidad, poniendo en peligro a las personas.
“No se respeta al peatón, los conductores pasan por el lugar sin importarles sus derechos”, aclara.
Solicita a la Policía mayor vigilancia.