“La pérdida de un amor duele, pero la partida de un amigo mata”. Eso lo dijo Dúval Valverde, el defensa del Delfín, en relación a ese amigo que ya no está.

“Don Casti”, quien fue capitán del Delfín, siempre quiso dejar a su equipo en la “B”, dicen quienes lo conocieron. Ese sueño está cumplido. “Y no se lo hubiera logrado sin tu ayuda Castillo”, dijeron la mayoría de los jugadores hasta el último partido en que empataron con Liga de Portoviejo para lograr el título del ascenso.

 

EL “ÁNGEL”. Es que para sus compañeros él es el “ángel de la guarda”. Ese que hacía que los balones de los rivales no ingresen al arco “cetáceo” como aquellas salvadas en los últimos minutos en el empate 1-1 con Patria en Samborondón. También es el “ángel” que empuja esos balones en el arco rival como aquel empate 2-2 con Pilahuín Tío en aquel penal cobrado por Álex George. 

“La pelota iba directo a las manos del arquero y dio un salto unos centímetros antes y le pasó por encima de los brazos”, recordó George.

“Los muchachos están conscientes de que Castillo es el ‘ángel de la guarda’, lo tienen presente cada vez que se salvan de una jugada de gol”, afirmó el entrenador Néxar Zambrano.

Uno de los más dolidos fue Valverde. Y es que apenas un mes antes de su muerte Castillo se había pasado a vivir al lado de su casa. Fue precisamente Valverde quien le ayudó a conseguir tal departamento. “Recordamos a Castillo como ese guerrero, luchador que nos contagiaba a todos”, declaró Valverde.

 

Hermano. Algunos lo consideraban un hermano. Así como el goleador George, quien dijo que se hacían pasar como hermanos. “Yo no lo conocía, él tampoco a mí; pero al  llegar acá a esta nueva tierra él me supo explicar cómo son las cosas acá, me hizo sentir en confianza”, expresó George, quien confesó que todos los goles desde su muerte han sido dedicados para él.