Actualizado hace: 937 días 16 horas 40 minutos
Kitesurf
Aventura marina

Vientos constantes, olas de gran calidad, 350 dólares y 8 horas es lo que se necesita para aprender Kitesurf.

Lunes 23 Diciembre 2013 | 04:00

 
Este deporte consiste en que el practicante se encuentre atado a la vela a través de un arnés que lleva en la cintura, lo que le permite controlar con todo el cuerpo el dispositivo mediante una barra de mando. “El kitesurf es un deporte de adrenalina y maña; controlarlo no depende de fuerza; la técnica es la clave”, cuenta el mantense David Hidalgo, propietario de la escuela Oceanfreaks en Santa Marianita.
La parroquia Santa Marianita -Manta- es la base de los “Kiters”; en este lugar hay tres escuelas que enseñan este deporte. 
 
 más. Los valores y el tiempo para dar la instrucción no cambian y las escuelas parecen haberse puesto de acuerdo. El curso de  Kitesurf cuesta 350 dólares y demora 8 horas en aprenderlo (2 horas diarias o se puede hacer durante dos fines de semana). El equipo completo tiene el valor entre 1.500 a 2.500 dólares, según los deportistas e instructores. 
Además de Oceanfreaks, existen dos escuelas en esta localidad: se trata de Humboldkites, que preside el colombiano Vladimir Paternina y la escuela Ecuador Kitesurf, que la administra el guayaquileño Gabriel Vera. 
Ellos coinciden que Santa Marianita es el lugar ideal para practicar Kite. “Hay un gran viento horizontal y se torna un sitio privilegiado ”, dijo Paternina, mientras que Vera señaló que en esta parroquia la temporada es larga. “De abril a diciembre se puede realizar kite, es un deporte de casi todo el año”, mencionó Vera. 
Por otra parte, el Kite no implica una demanda física excesiva ni un control exagerado del equilibrio, de ahí que sea una alternativa ideal para quienes se involucran por primera vez en este deporte. “He visto chicos de cinco años y también personas mayores usando una tabla; no hay una limitación”, manifestó Paternina. 
La búsqueda de emoción suele ser un factor que interviene a la hora de elegir un deporte acuático. En ‘Marianita’ el viento sopla con fuerza; parado en una orilla está Aurelio Aguilar, un hombre de 25 años que se enfrenta solo, por primera vez, al kitesurf. 
Tras varios años de posponerlo, decidió aprovechar las vacaciones para tomar las riendas del kite. El agua está repleta de “kiters”, pero Aurelio, con una sonrisa de emoción y nerviosismo, intenta recordar su entrenamiento de la semana. 
El instructor le da la señal, suelta el kite y él lentamente se aleja de la orilla en un recorrido plano, calmado y sin saltos, pero lleno de una íntima euforia. 
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