A las 23h35 del domingo Marc ya estaba en el escenario para brindar su concierto en el marco de las festividades del puerto manabita.

El cantante se presentó con la vestimenta que lo caracteriza,  un traje negro y sus infaltables gafas oscuras.  Durante los primeros 15 minutos no paró de cantar: “Y hubo alguien”, “Hasta ayer” y una intervención especial de su tecladista Juanito González.

Los fans apreciaron a un Marc Anthony de pocas palabras, pero entregado totalmente a su público. 

“Increíble, impresionante, ahora estoy nervioso”, dijo el puertorriqueño y puso sus manos haciendo visera para poder ver mejor a las miles de personas que asistieron el domingo por la noche a la playa El Murciélago. 

Sus músicos también estaban a disposición del boricua, quien dejó de cantar para que su baterista mostrara lo que sabe hacer, a puro ritmo.

“Buenas noches. Muchísimas gracias, qué honor ser invitado en una fecha tan especial con ustedes, esta noche tengo mucha música. Lo viejo, lo nuevo, de todo un poco”, dijo,  y continúo con su repertorio. 

El cantautor regaló a Manta sus mejores éxitos: “Estoy enamorado”, “Yo trato”, “Vivir lo nuestro”, “Y cómo es él”. 

Los gritos se escuchaban aún  más cuando cantaba  “Y es que te he dado todo, y nada es suficiente, no porque me lo pidas sino porque faltan frenos al quererte”, de la canción “Qué precio tiene el cielo” y que antes dedicaba a Jennifer López con un “te amo Lola”, pero esta vez lo cambió con un “mamita, te amo”. 

Durante su intervención no paró de lanzar besos a los cuatro vientos: “mua, mua”, y hasta encontró a alguien que lo dejó impactado llamándola “mi novia”, “te amo”. Luego vino “Nadie como ella”, “Te conozco bien”  y  “Mi gente”  de Héctor Lavoe. El alcalde de Manta, Jaime Estrada, le entregó las llaves de la ciudad y una camiseta del Manta Fútbol Club, a la cual le dio un beso. Este gesto causó más furor entre el público, que pedía otra canción más. 

Siguió con “Te quiero así” y luego invitó a una niña que padece una grave enfermedad; puesta ya la camisa y dándole la mano a la pequeña se despidió con la canción del momento, la que pedía el público “Voy a reír, voy a bailar, vivir mi vida lalalala”.