Con las nuevas normas,  nuestros hermanos productores del amplio y variado sector agropecuario rural de los 22 cantones, y de todo el litoral especialmente, al salir de cada etapa invernal, en que hay que utilizar canoas o caballos para el transporte humano y de productos diversos, los habitantes del agro usan una dilatada red de vías veraneras, que forman un entramado vial de por lo menos 12.000 km en Manabí, vías sobre la tierra y atravesando pasos de ríos y esteros. Sobre ella empiezan a transitar una flotilla de carros y camionetas livianas cuyos propietarios son cientos de pequeños finqueros y otros choferes profesionales requeridos de ganarse legal y esforzadamente el sustento familiar, todos trabajando honradamente.

Así surgieron las llamadas camionetas de baldes y camioncitos “350” que transportan a las personas junto a sus productos agrícolas de toda clase, cacao, café, maní, yuca, verde, maderas, entre otros, y también cabezas de ganado vacuno, caballar o porcino. 

Es un transporte familiar, amigable de vecinos y confianza, se argumenta que tiene problemas de seguridad. Este sistema hoy está prohibido y se exigen buses para el transporte humano, pero las flotas de  estos buses no lo ven rentables, y además para los usuarios no es conveniente, ellos quieren ir con su carga hasta los centros de acopios para negociarla. Transportistas chonenses y otros cantones de esta extensa ruralidad han presentado  a la Agencia Nacional de Tránsito alternativas de un transporte mixto, y están dispuestos a realizar inversiones al respecto, si sus organizaciones son legalmente aceptadas, y cumplirían con todas las exigencias de orden y seguridad, que la actual Ley dispone, más el caso no puede demorar es de solución urgente, pues la gran masa productora del agro está teniendo inconvenientes en sus actividades de producción y comercialización del que depende su estabilidad socio económica, y a su vez esta microempresa crearía muchos nuevos empleos seguros para jóvenes  que los requieren. 

Por lo anotado pedimos a las autoridades del ramo correspondiente que se afronte la problemática junto a los municipios que ya han asumido las competencias de tránsito, y actuar con prontitud para evitar que este problema social se agrave y todo se resuelva en bien de las colectividades que así lo esperan, listos,  manos a la obra.