“La motivación es lo más importante en el proceso de enseñanza  en todos los niveles académicos, para obtener el entusiasmo en clases”, señala Nelly Macías, docente, quien afirma que “debe ser constante, en especial para los niños, dentro de un ambiente natural”. Kenia Macías, docente, dice “que los padres cumplen un rol importante a la hora del regreso a clases, ellos tienen la función de motivar a los hijos previo a la finalización de las vacaciones, recordándoles la importancia de volver a las aulas y lo fundamental que es terminar bien el período escolar o colegial”. Macías dice que si no hay motivación desde la casa, en especial después del proceso de vacaciones, no habrá interés en los niños o jóvenes, y no hay aprendizaje, “el interés hace que se investigue y se pregunte”.

Nelly Macías agrega que otro de los retos está en los maestros, que deben mantener a los estudiantes motivados.

“Siempre el tipo de motivación va de acuerdo a la edad y el entusiasmo que el maestro tenga y lo transmita a sus alumnos”, dice Madalina Macías, maestra.

Planeamiento: Valdiviezo habla del planeamiento de los proyectos de aula que deben hacerse con la colaboración de los estudiantes, porque “el niño o niña que se involucra es el que se siente participante y activo dentro de su proceso. Ellos deben poner en práctica la responsabilidad, pues si se fue de vacaciones hay que comenzar de nuevo e irse adaptando a las clases y que no le afecte en su rendimiento”. Frecia Loor, docente, señala que “el aprendizaje se basa en gran medida en ayudar a los alumnos a sacar y desarrollar sus motivaciones y darles algo de incentivo. No se trata de motivar a los estudiantes, sino, más bien, de crear un ambiente que les permita motivarse a sí mismos”, afirma Loor. Valdiviezo comenta que “el hecho de lograr que el año lectivo termine de la mejor manera depende de todo el conjunto: padres, profesores e hijos, en un ambiente de amistad y compromiso”. Demostrar entusiasmo, plantear metas realistas y la exposición clara de las expectativas en torno al grado de responsabilidad que exige el último semestre del año, ayudarán a los alumnos a planificar su participación y medir sus propios avances, además de lograr un compromiso real entre profesor y estudiante, que ambos se sientan consolidados en un ambiente de motivación mutua, dice la psicóloga.