El incidente ocurrió el pasado domingo en Sao Sebastiao, una pequeña localidad del estado de Sao Paulo, mientras el diputado y también pastor evangélico oficiaba una ceremonia religiosa que congregó a miles de personas en una plaza.
La presencia de Feliciano, conocido por sus posiciones contra la homosexualidad, llevó a un grupo de jóvenes a protestar y besarse en la boca mientras se oficiaba la ceremonia.
El diputado, según vídeos divulgados en internet, exigió a la policía que detuviera a dos de las chicas que se besaban, las cuales fueron sacadas de la iglesia por los agentes de forma violenta y conducidas a una comisaría bajo cargos de "ofensa a la religión".
Las jóvenes fueron identificadas como Yunka Mihura Montoro, de 20 años, y Joana Arrabal Alhares, de 18, y denunciaron en declaraciones a la prensa local que fueron golpeadas por los policías, de quienes dijeron que fueron "instigados" por el diputado.
Movimientos de derechos humanos y conocidos homosexuales, como la cantante Daniela Mercury, protestaron hoy en las redes sociales por la actitud de Feliciano, quien ha sido acusado en varias ocasiones de homófobo y racista.
"Gracias Yunka y Joana. Y sólo una pregunta: ¿Está prohibido besarse en Brasil?", escribió Daniela Mercury en su perfil en una red social, junto a una foto en la que aparece besando a su pareja, la periodista Malu Verçosa.
Feliciano también se valió de internet para responder y sostuvo que "cuando algunos individuos se adentran en un lugar de culto y atentan contra el pudor y los principios, hieren los derechos de los otros".
Las dos chicas, en opinión del diputado, "invadieron un culto, faltaron el respeto a niños y ancianos, agredieron autoridades" y "ahora pretenden pasar como víctimas".
El abogado Daniel Galani, quien asumió la defensa de las chicas, anunció hoy que demandará a Feliciano y que llevará su denuncia hasta la propia Cámara de Diputados, a la cual pedirá que se abra un proceso con miras a su destitución.