Radicalizar la revolución es una expresión con la que se imita o copia lo que ensayó en el pasado más de un tiranuelo, con lo que solo lograron estigmatizar sociedades enteras a las que imprimieron marcas infamantes de opresión, mediante signos de esclavitud que borraron  la  libertad.

La embustera  “revolución ciudadana”, copia  del chavecismo, que  a  su vez  siguió el libreto elaborado  desde  Cuba, ha significado un frenético  ulular demagógico; el insulto cuotidiano  a la  República; es necrófaga, por alimentarse  políticamente  de las cenizas de  un liberal como Eloy Alfaro; desprecia a la moderna globalización, por lo que llegará a una catastrófica autarquía; una desfachatada  corrupción  administrativa  que ha engendrado nuevos ricos a costa de las arcas fiscales; los frecuentes escándalos contra algunos países y organismos; las adquisiciones mediante prácticas clandestinas de variada  chatarra militar; la apropiación indebida de las instituciones y organismos  del Estado; el déficit fiscal que se intenta cubrir con más impuestos al pueblo convertido en zarandaja; los préstamos internacionales en los que se cede a un repugnante  agiotaje. Se podrían llenar páginas enteras de  una propuesta cínica y perversa  que está  motivada por quienes pretenden erigirse en los émulos del “Che” Guevara, lanzando cantos en desentono que antes se los aceptó como folclóricos pero que hoy concitan la burla de todos aquellos que cuando se trata de nostalgias prefieren escuchar a doña Carlota Jaramillo.

Estos inicuos “revolucionarios” no entienden o no les explicaron que la revolución bolchevique marcó su defunción en 1.991, luego de 70 años en los que arrastraron a millones de seres humanos por los caminos de un experimento fracasado. Tampoco prestan atención que China Popular abrió su economía insertándose en la Organización Mundial de Comercio (OMC) y su gobierno aplaude los negocios multimillonarios  de sus empresarios con todos los países del mundo capitalista. ¿O es que pretenden ser un remedo de Irán o de Corea del Norte? ¿Locos o torpes?