La concupiscencia embarga la mente de los jerarcas del chavecismo.
El apetito y deseo por el poder los hace olvidar las promesas ofrecidas en los últimos momentos de su caudillo en tierra venezolana. Luego del coma inducido que le practicaron en Cuba, que no posee la tecnología médica suficiente, el comandante llanero podría estar en un estado de consciencia alterada en que no se descartan riesgos como muerte cerebral en que los pacientes no respiran, ni piensan o se mueven, aunque el corazón siga latiendo, por lo que se podría considerar el estado como desastroso.
De ser así, las hienas políticas no estarían respetando el legado de Chávez, por el que dejó estampada su omnímoda voluntad, quizás la última, antes de partir a La Habana para someterse a una recurrente intervención quirúrgica, que podría dejarlo inhabilitado para gobernar, manifestando su deseo que de al ocurrir tal acontecimiento Maduro se convierta en sucesor.
En estos enjuagues, de los que sin duda están participando los otoñales hermanos Castro, preocupados por su cuota gorrona de 100.000 barriles de petróleo diarios, el Tribunal Supremo Electoral del país bolivariano tomó la tremebunda resolución de postergar indefinidamente la asunción presidencial de Chávez y en forma propia de cretinos terminaron expresando sin ningún pudor que no pueden adelantar cuándo, cómo, ni dónde se juramentaría el Presidente que reside en Cuba.
¿Cuándo? Debió ocurrir el día 10 de los presentes mes y año. ¿Cómo? Igual que se juramentó en las dos veces anteriores. ¿Dónde? En Venezuela, estúpidos, porque no lo designaron para que gobierne o desgobierne ningún otro país del planeta. Entonces, lo que se practicó fue una nueva aberración jurídica de la boliburguesía” corrupta, ya que de obrar constitucionalmente, en ausencia del que debió juramentarse tenía que encargarse del Palacio de Miraflores el Presidente de la Asamblea Nacional, esto es Diosdado Cabello, quien tenía la obligación normativa de convocar a nuevas elecciones presidenciales en el lapso de un mes, evento comicial en donde podría intervenir el desabrido y escaso de luces Nicolás Maduro, para esperar si era posible que se cumpla quizás el último deseo de Chávez antes de emprender un viaje amargo hacia Cuba.
Pero, aterrados sobre la realidad de que no existirá chavecismo sin Chávez, siguen jugando con el sentimiento y el futuro del pueblo venezolano, manipulándolo para que adopten costumbres como las que practicaron los faraones egipcios 3.500 años antes de Jesucristo.
- ¿Qué te pareció la noticia?
- Buena
- Regular
- Mala