Aveces los humanos se olvidan que todos tenemos el mismo fin, el de ser mejores o superarnos; algunos piensan que un título más los absuelve de atropellar a cuanto humano se les cruce enfrente. Verlos en sus carros o en las reuniones no confraternizar sino con sus semejantes. Admiro a las personas sencillas, que aunque poseen dinero o bienes son más sensibles con los demás, sin importar raza o credo; el vecino de enfrente es un extraño más, el internet nos aleja en vez de acercarnos, y aunque estemos a pocas horas no nos visitamos. No se respeta el derecho de otro a vivir en paz, importa más la bulla que imparto con mi música o cualquier otra cosa que haga, que moleste a mi vecino que está en cama descansando del trajinar diario o de alguna enfermedad.
No hay mejor escuela que la de la vida, y mejor responsabilidad que la de enseñar, pues cuando más sé, más debo enseñar; aunque nos cueste en el camino separar la mala hierba que no deja crecer al ser humano. Como son los vicios morales, o la falta de sensibilidad humana. La tierra está sufriendo por el daño que le hacen a diario, y muy pocos saben que esta tarde o temprano nos devolverá lo que le hicimos. Es una ley inmutable. Lo que siembres cosecharás ... Sólo queda esperar que no sea demasiado tarde algún día, para decir perdón y remediar el daño hecho. Les dejo una frase final. Servir y ser servido, son pies de la misma vestidura.<