Estoy de acuerdo y no puedo ser ciego ante la realidad que muchas de nuestras hermanas ecuatorianas sufren a diario. Trabajan arduamente en sus hogares, sin recibir un salario o por lo menos un profundo agradecimiento en su núcleo familiar.
Estoy de acuerdo, sin embargo no puedo quedarme callado ante la incoherencia de algunas damas. Desean liberarse a gritos de los quehaceres domésticos, argumentando que son víctimas del machismo.
Según el DRAE, machismo es la “Actitud de prepotencia de los varones respecto de las mujeres”.
Estoy de acuerdo en que muchas de nuestras hermanas ecuatorianas han sufrido abuso de parte de algunos hombres. Sin embargo no podemos limitar el machismo a esferas netamente caseras.
Si desean liberarse de la cocina, listo, están en su derecho. Pero con la misma fortaleza y valentía deben luchar por liberarse de: Anuncios comerciales que utilizan al género femenino, con el fin de vender sus productos.
Presentaciones artísticas, en donde el cuerpo femenino es codiciado sin ningún reparo. Utilizar el cuerpo de las mujeres de esa forma. ¿No es machismo?
Una vez más me solidarizo con aquellas hermanas ecuatorianas que han sufrido en carne propia el machismo casero. Me solidarizo y a la vez les recuerdo que existen otras formas en donde se explota, se usa a la mujer.
Mujeres ustedes tienen la decisión, “libérense de la cocina”, pero por favor a la vez “libérense del machismo”.