El ajo es un antiguo condimento muy utilizado en la dieta mediterránea, incluso existen pruebas que demuestran que los antiguos egipcios lo consumían hace 6.000 años y que sus propiedades culinarias y medicinales eran igualmente alabadas por los griegos.
Debido a su sabor y su olor, el cual suele ser vinculado con el mal aliento, muchas personas optan por no consumir ajo, sin embargo éste es una gran fuente de fibras y proteínas, además de ser usado como depurativo.
En el ámbito de la salud, el ajo es una excelente alternativa natural al uso de fármacos, gracias a la presencia de componentes antioxidantes ricos en azufre, como la alicina.
La alicina, quien es el responsable de darle su característico olor al ajo, se transforma en otros compuestos azufrados con interesantes propiedades terapéuticas, entre ellas la posibilidad de usarlo como antiséptico, antibiótico y antimicótico natural.
La alicina, también es el responsable de las propiedades depurativas del ajo, lo cual lo convierte en una manera sana para bajar de peso. Incluso, hay personas que optan por comer una pepa de ajo luego de comer grasas o carbohidratos, puesto que esta hortaliza ayuda a eliminar el exceso de grasa en el organismo y mejora el metabolismo.
Otras de las razones para consumir ajo es que mejora el sistema inmunitario, ayuda a reducir el colesterol en la sangre y reduce la hipertensión y los problemas de circulación.
Para gozar de forma efectiva de sus propiedades, se aconseja consumir el ajo crudo o poco cocido.