Esto porque los habitantes aseguran que el líquido vital, que es tan necesario en los hogares, sólo les llega una vez por semana, lo que les obliga a comprar a los tanqueros.

Esperanza Loor, quien vive en el sector, comentó que un tanque de los grandes les cuesta tres dólares y que a veces hay dificultades económicas para adquirilos.

Ante esta realidad, Loor espera que se haga algo al respecto por parte de las autoridades parroquiales.

Francisco valdiviezo, presidente del Gobierno Parroquial de Calderón, indicó que el agua que recibe la parroquia es entubada y que el problema de desbastecimiento se da en muchos sectores.

Agregó que tener agua potable es la mayor necesidad que tiene la población y que pese a los insistente pedidos hacía  las autoridades municipales aún no se logra conseguir este objetivo.

Valdiviezo Además comentó que el 2008 se intentó hacer un estudios para el agua potable, pero quedó en nada.

"Esperamo que esta necesidad tan básica sea atendida", concluyó.