Desde pequeños preguntamos a nuestros padres el por qué de las cosas, porque comenzamos a pensar y nos educan diciendo lo que hay que hacer y no hacer, lo prohibido y lo permitido, todo en base a un razonamiento que se ha hecho en el pensar. El pensar es un derecho natural de los individuos como son los derechos humanos y todos los derechos con los que nacemos. Nadie podría exigirnos a que no pensemos, a que seamos seres sin sentido. Por pensar se han descubierto avances científicos, conquistas sociales, deportivas, económicas, políticas. La humanidad ha ganado con el pensar. Nos hemos desarrollado, hemos vencido enfermedades y atrasos, todo se lo debemos al pensamiento. La política también se ha desarrollado con el pensamiento, la crítica ha sido y sigue siendo parte de la evolución, de la transformación y del avance político. A nadie le debería molestar que se piense diferente de un proyecto político, de una idea política, de la forma de hacer política. Pensar en contrario es no pensar que los individuos somos capaces de sentir, de experimentar, de reflexionar, de querer, de aspirar y de desear. A lo mejor también se les ocurre a los que piensan en que no podemos pensar que también ya no podemos amar, seguramente, si piensan así es porque nunca han sentido el amor. Sigamos pensando...!