Voy a referirme al mismísimo balneario de la costa del Pacífico, perteneciente al cantón Sucre, que en la época invernal o de vacaciones es visitado por miles de turistas, concretamente por los chonenses que lo hemos convertido como nuestro por sus paradisíacas y amplias playas, pero que desgraciadamente, de un tiempo acá, se lo ha venido prostituyendo con el aval de sus autoridades, por las siguientes razones.
1.-El indiscriminado permiso para el funcionamiento de puestos de venta de bebidas alcohólicas en las principales calles del balneario, sin contar con los servicios higiénicos, lo cual trae consigo que cada quien hace las necesidades biológicas donde mejor le parezca.
2.- La falta de control de las autoridades policiales en el exceso consumo de alcohol de jóvenes de ambos sexos (que se dio en el último feriado de carnaval), y el escalofriante aspecto a quienes observaban desde sus residencias las escenas producto de lo descrito.
3.- En cada puesto de expendio de licor se ubica un disjokey con alto volumen de la música, lo cual hace imposible la tranquilidad, de quienes visitan el balneario, para descansar.
4.- El desmesurado cobro de los precios en los lugares turísticos y restaurantes obligan a las direcciones municipal y provincial de turismo, Intendencia y otras autoridades que tienen jurisdicción de San Clemente, a consensuar con los propietarios para que no vuelva a ocurrir lo que pasó en el pasado feriado de carnaval .
Es oportuna la ocasión para hacer un llamado a las autoridades para que desde ahora, y pensando en el feriado de Semana Santa, no se vuelvan a repetir éstos desafueros, para que San Clemente vuelva a serer el balneario de la tranquilidad, del respeto y del descanso vacacional, y no lo que describimos en esta columna de opinión. Estaremos atentos a si se toman o no los correctivos del caso.
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