El personaje en cuestión tendría que ser un político que más allá del discurso y la propaganda oficial, haya demostrado con acciones verdadero compromiso con una política social dirigida a los más necesitados. Deberá ser una persona dispuesta a respetar la democracia, hacer de la constitución su biblia para respetarla y hacerla respetar, Terco en el respeto a la independencia de las funciones del estado que permita construir la institucionalidad que la república demanda.

Que respete las libertades y los derechos de los demás, entre estos la libertad de expresión de ciudadanos y organizaciones, de prensa, los derechos laborales, la estabilidad y contrario a esa payasada de la renuncia obligatoria. Que no persiga a quienes defienden sus derechos y protestan. Que deje de encarcelar a indígenas que lo único que hacen es defender el derecho a la vida y el respeto a la pacha mama. 

Tendrá que ser un líder dispuesto a cambiar la matriz económica actual, rechazando la explotación metalífera a gran escala, depredadora social y ambiental. Promoviendo la revolución productiva en el campo y no nos siga cargando de impuestos. También deberá ser un hombre que promueva el entendimiento y los consensos de todos los ecuatorianos para empujar al país hacia las metas del desarrollo económico con equidad social.

Ahí están, señor presidente. Uno lo tiene a su lado: El vicepresidente Lenin Moreno. El otro está al frente: Alberto Acosta. Sea sincero con sus expresiones. ¡Hágalo!