La disposición de las copas responde al orden en que se van a consumir los vinos y demás bebidas, empezando por la derecha. Si se empieza por un jerez, se coloca la copa correspondiente en el extremo derecho. Sucesivamente se colocan las copas de vino blanco, la de vino tinto (un poco más alta) y la de agua (la más grande). Generalmente, la copa de champán se coloca después de la de agua y un poco desplazada hacia el centro de la mesa. Otra posibilidad es presentar esta copa a la hora de los postres, en el momento de servir el champán. En las ocasiones más formales se utiliza el bajoplato, que permanecerá en la mesa hasta que se termine el segundo plato. Es una pieza muy decorativa y da más solemnidad a la comida. Respecto a los otros platos, se pueden dejar puestos, en el orden adecuado: plato de sopa, plato llano y bajoplato, aunque lo más ortodoxo es dejar el bajoplato y colocar los demás en el momento de servir. Si se sirve consomé, se hace en la taza (especial, con dos asas) con el plato correspondiente.