Luego que el juez temporal Juan Paredes, en 33 horas tomara posesión del cargo, sustanciara la audiencia de juzgamiento, estudiara más de 5.000 hojas del expediente, escribiera 156 carillas de la sentencia, notificara a las partes y se retirara del cargo, cumpliendo con su rápida labor. 

El magistrado ordenó tres años de prisión para los directivos Carlos, César y Nicolás Pérez y el exeditor de Opinión Emilio Palacio; y el pago de $ 30 millones para los mencionados como personas naturales y solidarias y $ 10 millones para la Compañía Anónima EL UNIVERSO, como indemnización.

Tiempo récord  y eficacia que a muchos de los ecuatorianos nos hubiera gustado se procediera ante las denuncias de corrupción en ministerios de Salud, Deporte, Transporte, Obras Públicas y otros. Y no se procede así ante tantas muertes que están en la impunidad.

Los medios de comunicación independientes que investigan presuntas irregularidades y opinan sobre el régimen hoy, son blancos  ineludibles de esta persecución a la libertad de expresión.

Cuando se opina distinto o se informa sobre temas reales como la inseguridad, denuncias de corrupción, los periodistas y medios somos tratados de: corruptos, sicarios de tinta, bestias salvajes y todo lo que se antoje decir. Para estos casos no existe el debido respeto, que debería ser el primer ejemplo en promover por parte de quien lo exige hasta con una justicia, en estos casos muy  veloz  y efectiva.

No hay que pasar sobre el Artículo 13 de la Convención Americana sobre Derechos Humanos; les invito a revisar los numerales, especialmente el uno y el tres; y haciendo esto comparemos lo que se está viviendo y lo que se viene para la libertad de expresión en el país.