Los delegados de cada sector se reunirán para buscar acuerdos que convengan a las partes y de esta forma determinar la nueva remuneración, la cual deberá regir desde el primero de enero del 2007. Sin embargo, las diferencias son sumamente distantes entre trabajadores y empleadores. El representa del sector laboral, José Chusín, indicó que pedirán un incremento de al menos 250 dólares para concretar un salario que cubra el precio de la canasta básica, la cual alcanza a 450 dólares. Mientras que los empleadores consideran que la elevación de la remuneración no podría ser superior a los siete dólares, así lo mantiene el representante del sector, Pablo Dávila. Los trabajadores consideran que no se puede seguir manteniendo el sueldo bajo el precio referencial de la canasta básica, la cual esta en un monto que el propio Gobierno lo ha fijado. Sostienen que es imposible que un trabajador pueda subsistir con menos de 160 dólares, hecho que debe cambiar. Este sector además, cree que si no existe un acuerdo el viernes, el actual Gobierno debería dejar que sea el próximo régimen el que establezca el monto del incremento. Chusín manifestó que éste será el planteamiento en la reunión, aunque cree que las autoridades actuales dejarán incrementando los salarios, por lo que dice tener una nueva estrategia, esto es, la de exigir al presidente electo, Rafael Correa, que haga los alcances necesarios para que establezca una remuneración verdadera. De su parte, el ministro de Trabajo, José Serrano, indicó que la cartera a su cargo hará todo lo posible por que haya el acuerdo entre los dos sectores y de esta forma establecer un incremento que satisfaga a las dos partes. Dijo que en caso de no darse un acuerdo el viernes, el Gobierno esperará 72 horas para que se pueda dar una nueva reunión, y que en caso de no darse una solución a los impases, “ya tiene una decisión la que la harán conocer de forma inmediata”, concluyó.