Antes de la inauguración, el grupo Montesdearte deleitaba al público con un baile folclórico. Paola Auz, alumna de la facultad de Turismo de la Universidad Estatal de El Carchi, compraba en uno de los locales de artesanías que elaboraron los manabitas.
Ricardo Jaime, de Portoviejo, ofrecía dulces manabitas y Narcisa Wisner, de la comuna La Pita de 24 de Mayo, instaba a los visitantes a tomar una tasa con café caliente.
En la tienda emblemática de las artesanías manabitas se observaba hamacas, monturas de caballo, barriles para almacenar agua, sombreros de paja toquilla, muebles de mocora, petates, entre otros productos.
En una pared del inmueble hay carteles con palabras nativas como silos, capil, cupilde, tusco, apelope, jocay, sva, collae, entre otros.
En la sala de exhibición de la artesanía manabita “Toquilla” hay banderas emblemáticas de las fiestas religiosas de San Pedro y San Pablo, barcos pequeños hechos con madera, ramos para colocar a los difuntos en sus bóvedas, un bongo de madera, canastas de bejuco, ollas y una galería de fotos con rostros de artesanos manabitas.
En el evento se firmaron tres convenios: Uno con los artesanos para que ellos administren el local y los otros dos con los institutos de Educación Especial Angélica Flores de Manta y María Buitrón de Portoviejo para incluir a los niños especiales en las ventas y elaboración de artesanías.
En la construcción de la galería de las artesanías “Cancebi” se invirtieron más de 320 mil dólares.