Unos hombres del pueblo -como soy yo- me dejaron pensando… Les cuento: Un adulto lustrabotas, mientras me hacía su trabajo, aseguró que el Presidente Correa en pocos meses se había contradicho, ya que en sus sabatinas él aconsejó que, en caso de uno ser asaltado, debe pacíficamente entregar su celular; mientras hace poco, se solidarizó con un señor quien en Guayaquil embistió con su carro a un asaltante de su esposa e hija, matando al susodicho.

Un taxista, transportándome en Manta el lunes anterior, al atardecer, manifestó su enojo porque frente a Autoridad Portuaria había un gran despliegue policial, con nutrida presencia de motos y patrulleros, banda de músicos y hasta una escuadra de abanderados; como que asistían a un desfile; era que el Ministro del Interior llegaba a trabajar sobre la inseguridad, causada precisamente por falta de esos agentes, quienes debían estar es sirviendo a la ciudadanía y no en ese marcial recibimiento; afirmó el hombre.
Un “lotero”, en cambio, muy agudamente me expresó su desconcierto sobre, a su criterio, el despilfarro que un sector socio/económico medio bajo de la sociedad manabita, hace en las festividades de San Pedro y San Pablo; el hombre abundó en argumentos que muchos conocemos y se lamentaba que ni autoridades religiosas, peor civiles, encauzaban hacia la corrección tal horror pagano, que lo que produce y deja son colosales comelonas y borracheras a costa de esos escuálidos y fanáticos bolsillos; decía.
Otro taxista, desde el aeropuerto “internacional” Eloy Alfaro se lamentaba que dicha instalación sufría de muchos ofrecimientos pero que nada se hacía realidad; que ninguna línea internacional llegaba; al contrario, veía como una amenaza la apertura del aeropuerto de Latacunga y pronto el de Quito, a los que las autoridades centrales apuntalan con empeño; contrariamente, anotó como positivo y aplaudía el retorno a Manta de TAME, porque se marcha Icaro.
¡Ésta si es buena!: Un vendedor ambulante me manifestó que el “duro” local de la refinería ya anunció que en Barbasquillo de Manta se construiría una desalinizadora de agua de mar para abastecer ese mega proyecto y que los actuales tanques de almacenamiento se trasladarían a otro lugar. Además, el municipio -dijo- que ya había aceptado que esa área es residencial y no industrial; por ello, él no entendía cómo ni por qué se desperdiciaba el dinero haciendo exploraciones marinas para boyas y amarres de barcos petroleros frente a ese sector.
Los cinco pidieron mi opinión, pero no pude dárselas, porque se nos terminó el tiempo; como se acabó este espacio. Pero me dejaron pensando… <