Es bien sabido que la inexistencia de la ley americana que protegía el acceso de muchos productos agrícolas a los Estados Unidos, así como la decisión gubernamental de desistir de negociar un tratado de libre comercio, ha socavado la competitividad, que por más que el gobierno se esfuerce en minimizarla, con la aplicación de insuficientes bonos a favor de los perjudicados, no logra suplir la eficacia de la regulación que permitía que bienes ecuatorianos ingresaran al gran mercado americano, liberados de impuestos.

Por otra parte, Perú disfruta ya de las ventajas de ese convenio; y Colombia espera la aprobación del organismo legislativo americano, para ponerlo en vigencia. Es decir, los países que nos rodean llevan la delantera en  la dura lucha por engullir ese inmenso pastel comercial y desplazarán las ventas nacionales al norte del continente.
Frente a este desolador panorama, aparecen desesperadas pero explicables propuestas técnicas, como la que acaba de publicitar  la Cámara de Comercio de Quito, con el sugestivo título de “Encadenamiento productivo de las empresas ecuatorianas con Perú y Colombia para exportaciones a los EEUU”, que significa en definitiva la posibilidad de incluir mercancías, insumos y semi elaborados ecuatorianos, dentro de procesos de producción de mercaderías identificadas  como colombianas o peruanas,  que accedan a USA aprovechando los beneficios arancelarios de los tantas veces mencionados pactos liberatorios. Se incluirían por tanto, bienes inexistentes en Perú y Colombia o de insuficiente provisión, que podría suplir Ecuador, amparado inclusive en las normativas de la moribunda Comunidad Andina.
La lista del análisis que comentamos, incorpora partidas susceptibles de integrar ese eslabonamiento binacional, tales como preparados y conservas de productos del mar y acuícolas; cereales de toda denominación como maíz, trabajados o molidos; especies trituradas como pimienta; caucho para llantas y elementos vulcanizados; substancias naturales para sombreros; polvo, pastas y chocolates, como sucedáneos del cacao; preparaciones de hortalizas y frutales; y casi dos centenares de artículos, con predominio de los de génesis agrícola.
Esta iniciativa privada requerirá de alianzas entre empresarios de los estados involucrados, que de contar con el obligatorio apoyo público, compensará de manera parcial la ausencia de pactos comerciales, que las autoridades nacionales deben continuar gestionando no sólo con Estados Unidos y la Unión Europea, sino con otros bloques regionales.<