"Aunque camine en valle de sombra de muerte, no temeré mal alguno, porque tu estarás conmigo….” Salmos 23:4. Ese valle de muerte ahora se llama Manta y sin piedad nos están exterminando. Hoy día, 29 de junio, asesinaron a Elena Medranda, a sangre fría, de un balazo en la espalda, por resistirse a que le robaran. ¿Qué hombre le dispara a una mujer en la espalda? Elena Medranda como persona era la más correcta de las mujeres que he conocido. Madre de familia, empresaria y catedrática. Usted dijo, Sr. Correa, que quiere un país de clase media, sin pobres y sin excesiva riqueza. ¿Quién está matando a la clase media? Los pobres que no encuentran trabajo, tal vez a quienes no les alcanza el bono y tienen que robar o matar para darle de comer a sus familias o satisfacer sus vicios.

¡Nos están matando, Sr. Correa! No se da cuenta cómo diariamente matan y roban en todos los cantones del país y usted dice que es un tema de percepción.  Tal vez si le toca a uno de sus familiares más cercanos y le cueste lágrimas de sangre lo entenderá. Tal vez si usted ve llorar a su madre a lado del féretro de uno de sus hijos lo entenderá. Tal vez si usted ve a uno de sus hijos siendo enterrado lo entenderá. No pretendo ser mal educado, Sr. Correa. Me siento impotente ante tanta criminalidad e impunidad. Hoy día perdimos un potencial enorme que educaba a nuestros hijos mantenses, cooperaba en dar plazas de trabajo en su empresa y una madre como ninguna en su rol.
Sr. Correa, vemos en los medios de comunicación todos los días cómo los recursos de nuestro país, entre militares, policiales, judiciales, fiscales y de inteligencia están persiguiendo a periodistas, empresarios, dirigentes políticos de oposición y hasta los mismos policías con nombres y apellidos. Pero no veo que se hace justicia contra los criminales, ladrones, traficantes, extorsionistas en la misma proporción. Aquí en Manta hay extorsionistas que llaman a empresarios a pedir salarios a cambio de no matarlos. Son muchos y están callados. La mayoría paga. Somos presa fácil porque tal vez estamos indefensos. Tenemos a una policía tal vez dividida y desmoralizada desde el evento del 30 de Septiembre.
¿Espera usted que el pueblo tome la justicia en sus manos? ¿Espera usted que se comiencen a arman grupos paramilitares, que comiencen a realizar una limpieza por fuera de la ley?
Sr. Correa: olvídese del 30-S. La historia juzgará lo que verdaderamente pasó. Anule toda acción contra los policías y militares que participaron en esa revuelta del 30 de Septiembre y empiece desde cero  como un verdadero líder que es usted. Levante y construya la moral de los policías. A ellos los necesitamos ahora más que nunca. No queremos un líder magnánimo ni calculador ni opresor. Queremos un líder que nos proteja y que desarrolle un ambiente donde haya suficiente trabajo para que no recurrir al crimen. Convierta ese valle de sombra de muerte en un lugar seguro donde podamos caminar libremente con nuestros hijos, sin temor a que esos sean nuestros últimos pasos.<