Advertía en mi último comentario periodístico, acerca del sesgo de imparcialidad que debían observar las personas e instituciones involucradas en realizar el evento; y afirmaba además que la democracia sirve para desarrollar en las sociedades el criterio deliberante y no obediente de los seres humanos.

La huella que ha dejado en el andar las elecciones del día sábado 7 de mayo del 2011, es una huella de frustración y desengaño, al ver que ha sucedido lo que realmente no hubiera querido que suceda, es decir, la pérdida de valores morales y éticos de funcionarios que, lejos de demostrar una actitud de imparcialidad en sus funciones, han denotado una subordinación  y obediencia al poder que amedrenta, amenaza y humilla.
La lectura que dejan las declaraciones de los sectores involucrados no convence ni a propios ni a extraños.
Cómo es posible que el Consejo Nacional Electoral admita como postor en el concurso de EXIT  POL a la propia empresa consultora del Gobierno; porque pudiera ser que tenga legítimo derecho ha participar en la convocatoria, pero es obvio que un organismo que tiene como objetivo máximo la imparcialidad  y transparencia, mal podría aceptar dicha participación a un postulante que pertenece reconocidamente a una de las partes intervinientes en el proceso electoral.
Y que decir del sector triunfante: Lo prudente es convocar a todos los ecuatorianos, ganadores y perdedores, para hacer de nuestro país un solar de hermanos y no un cementerio de venganza. Se llegó al extremo de ofrecer como regalo por el Día de la Madre el triunfo del SÍ, sin embargo todo el resto de madres ecuatorianas que votaron por el NO, no recibieron el regalo.
Invoco una vez más a la reflexión: En el Ecuador la inseguridad es un peligro inminente; el autoritarismo solo conduce al caos; hay que propiciar un clima de confianza para la inversión extranjera; hay que negociar en armonía con los sectores nacionales e internacionales. Aún es tiempo de reconocer errores, reflexionar y acercar a todos los ecuatorianos en un abrazo fraterno. Rectificar y perdonar es de Humanos, de buenos cristianos. Demos el ejemplo.  Nadie se agranda ni se disminuye con pedir una disculpa. 
Por ello es también oportuno felicitar a los ganadores, solo  recordándoles que en campaña ofrecieron seguridad no solo física sino también jurídica, es decir el respeto a la independencia de la Función Judicial, de manera que no exista presión ni chantaje a los jueces, sobre todo en los juicios contra la administración pública, por violación de la Constitución, ley o abuso de poder.
El plazo de los 18 meses, para la reorganización de la Función Judicial, es el mismo plazo que falta para las nuevas elecciones presidenciales. Es buen tiempo como para meditar, rectificar y enmendar.
Los actos de la Consultora del EXIT POL no pueden quedar sin una sanción que haga meditar en el futuro  lo inconveniente de éste procedimiento. Todos los ecuatorianos se merecen la felicitación por haber sido mesurados y no haber caído en un caos social, producto de ésta intolerable parcialidad de la empresa consultora.<