Las protestas se reanudaron con manifestaciones acompañadas de gritos que pasaron a la destrucción y saqueo del palacio municipal, exigiendo que Contraloría General del Estado y el Ministerio Público actúen para que se concrete la salida del alcalde. La policía debió intervenir para evitar mayores daños a la propiedad pública y privada, lo cual generó enfrentamientos con los manifestantes. Robos y daños y cinco heridos Fernando Romero, jefe de la Policía Rural de Chone, informó que la noche del lunes los manifestantes dañaron una puerta enrollable y la de cristal de uno de los departamentos del concejo, se sustrajeron dos escritorios y arrancaron un acondicionador de aire. La Policía logró recuperar este último equipo pero no los escritorios, uno de los cuales fue quemado en la calle. La noche del martes la protesta subió de tono, cuando los revoltosos se enfrentaron a la policía, en esta ocasión con cartucheras, dejando como resultado cuatro policías heridos con perdigones y un activista herido con un cilindro de gas lacrimógeno. Romero señaló que a ellos les preocupa el hecho de que los protestantes estén disparando directamente al cuerpo de los agentes, asegurando que “hay un notorio interés en poner un muerto en las protestas”. Agregó que la noche del martes los agresores estuvieron a punto de lograr su objetivo cuando el policía Leonardo Robayo Albán recibió un impacto en la ceja izquierda y dos en el tórax. Su estado de salud es grave y fue enviado de urgencia a Quito, donde luchan por salvarle la vida. Adicional a ello, los agentes Estiven Chacón Flores, César Caiza Chicaiza y Marcos Arévalos Briones recibieron impactos de cartuchera; sus casos no son de gravedad. El manifestante herido fue llevado a una clínica privada donde le suturaron la herida. La ciudadanía de Chone está preocupada por el resurgimiento de la violencia en la ciudad, que se preparaba para disfrutar de las fiestas cívicas de julio desde el uno hasta el 24 de julio, aniversario de cantonización. Se teme que los hechos violentos lleven a suspender los festejos, como ocurrió el año anterior.