Entendemos como educación a la acción de educar. También se lo define como un proceso en el cual una persona desarrolla sus capacidades para enfrentarse positivamente a un medio determinado.
Este concepto en el Ecuador desafortunadamente pocos lo practican, ya que no tienen ni mucho menos fomentan una real y positiva educación; antes, por el contrario, se observa con pena a muchos educadores, comerciantes, empresarios, políticos, mujeres que representan la cultura, inclusive intelectuales con niveles académicos preponderantes, cómo ellos mantienen nefastas prepotencias, reacciones dañinas, al extremo de manifestar epítetos tan bajos que no les importa quiénes los escuchen.
Ante esta realidad, creo prudente hacer una reflexión sobre este transcendente tópico, aconsejando meditar sobre este penoso asunto, alentando a mantener un conjunto de elementos espirituales organizados lógica y coherentemente, que incluya el derecho a creer en el respeto mutuo, ver a cualquier ciudadano como gente a ser escuchada antes de ser prematuramente juzgada.
Creo que el ser humano, por mucha sapiencia que tenga, si no demuestra educación, ante la historia quedará como un ente negativo para la sociedad. Por lo expresado, exhorto a quienes sufren de superioridad, a quienes carecen de humildad, respeto y obligación, como reflejos de mala conducta, a cambiar de personalidad y comprendan que si siguen con estas negativas actitudes, sencillamente no tendrán un espacio feliz y armónico dentro del diario convivir.
Entonces en necesaria una reforma en quienes carecen de mala educación, con la obligación personal de elaborar una autoevaluación, con la convicción de que más allá de las capacidades creativas está de por medio la educación, como base sólida de desarrollo individual o general.
Otro aspecto que está contrarrestando la educación, es la falta de lectores en nuestro país. Muchos compatriotas son apáticos a leer un libro, un periódico o una revista, demostrando la poca importancia que tienen muchos ecuatorianos hacia la lectura. Entonces es importante que los padres de familia se motiven a la lectura como sinónimo de progreso y superación, influyendo en sus hijos a leer para tener buen índice de educación en el Ecuador.
El gobierno nacional también tiene que preocuparse por esta situación, ya que se necesita con urgencia la respectiva proliferación de bibliotecas en la mayoría de centros educativos del país.
Por lo expresado, hago un llamado de atención a las autoridades que representan al actual gobierno para que se sensibilicen y comprendan, de una vez por todas, que educación y salud son las áreas más importantes de todo pueblo en vías de desarrollo.