Actualizado hace: 937 días 21 horas 36 minutos
MONTAJE
La Red Social

GéNERO: Drama ACTORES: Jesse Eisenberg, Andrew Garfield, Justin Timberlake, Armie Hammer, Rashida Jones.

Domingo 09 Enero 2011 | 00:00




“La red social” es lo que es por muchas cosas, pero sobre todo por una: la cinta entera es la prolongación de su primera escena. Suena un blues de los White Stripes, Mark Zuckerberg (Jesse Eisenberg en un papel que lo gradúa de sí mismo y que, para bien y para mal, lo perseguirá por mucho tiempo) y Erica Albright (Rooney Mara, a quien le bastan unos cuantos minutos para apoderarse de nosotros) sentados a la mesa de un bar, no son novios, pero son algo. Están haciendo algo que solíamos hacer más a menudo: están hablando. Él quiere ser alguien, alguien más. A ella le alcanza con ser quien es y, capaz, hasta le sobra. Rompen o terminan de no empezar. Ella sigue con su vida. Él se queda solo. Más importante aún: se da cuenta de que está solo, solo de verdad. Zuckerberg no es del todo una mala persona pero sí una persona dañada que, como no sabe lo que quiere, lo quiere todo, e intenta borrar sus heridas con el láser de la venganza. Ciento veinte minutos después, ese sabor de boca, ese tufo a cerveza y odio, nos recorre el cuerpo.

¨La red social” es la mejor película de David Fincher hasta la fecha porque, además de enfrentar con distancia y madurez el gran tema de esta generación, la fragilidad de nuestras conecciones, le apuesta su capital a los personajes y al mundo en el que viven o, bueno, en el que vivían. Tiene el ritmo de una película de acción en la que los proyectiles son sustituidos por diálogos, por ideas y emociones que atraviesan la piel y rompen arterias al momento del impacto. Eisenberg, Rooney, un Andrew Garfield parado en los hombros del mejor Edward Norton y un Justin Timberlake que podría ser Brad Pitt sostienen esta tragedia griega (¿no son caso los gemelos Winklevoss gladiaores en un coliseo?) en alta definición, frente a una cámara en apariencia distante que les rinde tributo, los deja ser y potencia sus latidos como la música de Trent Reznor y Atticus Ross, que podría ser la de Franz Liszt si éste fuera un androide venido de un futuro no muy lejano, potencia el pulso de un guión que sabe de todo menos de miedo, programado por Aaron Sorkin.

“La red social” no es la historia de una empresa valorada en 25 billones de dólares ni la de sus 500 millones de usuarios en 207 países. Es la historia de un genio real que cayó en su propia trampa virtual. De alguna manera, Facebook funciona para todods, menos para Zuckerberg o para la versión cine de Zuckerberg: el perfil de la soledad en una época en que se supone que nadie está solo. No todas las solicitudes de amistad son aceptadas.

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