Porque la costumbre ancestral de quemar los denominados “años viejos” es una tradición que debe conservarse, pero cada vez con más responsabilidad en el cuidado de las personas, del ambiente y de las calles, que en el caso de Portoviejo deben mejorarse y preservarse con mucha entereza.
Ejemplos de tragedias causadas por el manipuleo inadecuado de estos artefactos, cuyo contenido principal es la pólvora, hay muchos; y no pocos de grandes repercusiones por el impacto social y económico, pues decenas de vidas se han perdido al explotar estos artículos, supuestamente llamados a brindar mayor diversión.
Portoviejo ha sido también centro de atención nacional en algunas ocasiones por la concurrencia de desgracias generadas por la inobservancia, la impericia y la irresponsabilidad de comerciantes que guardan esta mercadería en condiciones de riesgos para ellos, la habitación y el barrio donde viven. Al igual que suceden los accidentes con las personas, especialmente niños, que desconocen una correcta manipulación de los juegos pirotécnicos.    
Por ello es acertada la campaña de control y de decomiso de todo producto de esta clase que se encuentre embodegado sin precaución alguna, que haya sido adquirido ilegalmente y que sea comercializado a niños, los más proclives a sufrir daños.
Esperamos que la conciencia se active este día y que la población se divierta en familia lo más sanamente posible, en la seguridad que de esa forma la reunión terminará rodeada del afecto fraternal, con los mejores deseos porque el nuevo año traiga prosperidad y felicidad, que es lo que desea El Diario a todos los manabitas y ecuatorianos.  <