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¡Y otra vez la inseguridad!
¡Y otra vez la inseguridad!
Por: Ricardo Quintana Cedeño

Viernes 02 Julio 2010 | 00:00

Si tuviéramos que someter al gobierno nacional a una evaluación, a esas que tanto le gusta hacer a otros pero que le molesta si se la hacen a él, tendríamos un resultado ya casi que anunciado, se quedarían de año o reprobarían en seguridad ciudadana.

Ya nadie se siente seguro en ningún lugar del país, ni siquiera en su propia casa ni en las veredas, ni de día ni de noche; las noticias de la crónica roja se multiplican a la velocidad del sonido: En Chone, hace poco, un carro fantasma  mataba a cuatro jóvenes a media noche, arrastrados por sus ruedas, tiñendo de sangre las calles; en Manta una niña, de apenas cuatro añitos, era asesinada al ser expuesta como escudo humano; en Guayaquil una madre, una abuela y otra vez un pequeño ángel, eran asesinados; y por último, el sicariato,  por enésima vez, asesinaba a una mujer en un  restaurante, esposa de un asambleísta del partido gobiernista.
¿Es que acaso Rafael Correa no lee estos titulares?, ¿o tal vez sus asesores le impiden que lea la prensa nacional, por considerarla su enemiga? ¿Por qué no trata este tema en sus famosas cadenas interminables de los sábados? ¿Cuánta más sangre inocente debe correr por los suelos, para que se haga verdaderamente algo? Ahora se acuerdan los padrastros de la patria, que las leyes las pusimos muy blandas, que con el dos por uno ya no pagan una condena de reclusión sino más bien son unas vacaciones con los gastos pagados.
Dicen que hay que endurecer las penas, pero yo les pregunto: la famosa ley de tránsito que contempla sanciones drásticas, ¿ha frenado los accidentes de tránsito o las muertes producidas por los asesinos del volante? No, me atrevo a decir  que, por el contrario, los casos se han multiplicado.
Dicen los entendidos que la delincuencia aumenta debido a la pobreza que empuja a delinquir, pero con tanto bono, tanta casa hecha y obsequiada, tanta plata regalada, tantos servicios gratuitos dados a los pobres por el gobierno,  ¿por qué entonces el índice delincuencial no baja?, al contrario sube. ¿Que la culpa es de las autoridades que administran justicia?, pero si tenemos un super e inamovible Fiscal Nacional acompañados por sus bacanos e incondicionales  fiscales.  Entonces, ¿por qué el crimen sigue impune? No sé. Pero como un simple ciudadano, en mi ignorancia pienso que si no nos unimos todos, desde el más pequeño al más grande, del rico al más pobre, del negro al blanco, del capitalista al comunista, del estudiado al analfabeto, del citadino al campesino, del pelucón al insigne correísta, esta marea roja de sangre inocente seguirá inundando dolorosamente la vida de los ecuatorianos.
Solo verdaderamente unidos frenaremos en algo la inseguridad. Medítelo, don Rafael...

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