Por lo tanto hablar del maestro es hablar de aquellos seres que ponen en su diaria faena elevación y fortaleza espiritual. El profesor forja espíritus para la bondad y la lucha por la vida, es decir modela almas para un mañana mejor. En los maestros gravita la responsabilidad y la grandeza de un pueblo.
De ahí se desprende el reconocimiento establecido a través de la historia y en honor a Juan Montalvo, Federico González Suárez, Víctor Peñaherrera, el Hermano Miguel y Pío Jaramillo Alvarado, y el creador del laicismo Eloy Alfaro Delgado, cuyas transformaciones educativas y científicas se intensificaron con valor y cultura.
Preocupación por el proceso
Sin embargo, el proceso de enseñanza aprendizaje en nuestro país es una preocupación latente en todos sectores de nuestra sociedad, pues la poca aplicación relacionada con la verdadera educación vocacional y profesional sigue siendo una verdadera quimera.
El verdadero maestro es el que guía los intereses de los estudiantes para que éstos eviten cometer los errores comunes en el escogitamiento de las especializaciones a futuro.
Hay que reflexionar sobre el proceso
Todos estos factores nos llevan a reflexionar acerca del tratamiento que está recibiendo el magisterio ecuatoriano y la necesidad de incentivar proyectos a partir de los cuales podamos contar con maestros especializados en distintas áreas, y que sin necesidad de salir del país puedan contar con las herramientas necesarias para brindar sus conocimientos a sus alumnos.