El conjunto arquitectónico, declarado Bien de Interés Cultural de Colombia, está formado por la casa de aduanas, el puente internacional de Rumichaca, que abre el país hacia el sur del continente y el cañón y el río Guaitara.

La casa de aduana, construida en 1931 y abandonada hace treinta años, fue el primer punto de control del ingreso de mercancías en el país, por lo que López considera que "desde ese momento se hizo patente la relación estrecha entre Ecuador y Colombia".

"Haber recuperado la casa de aduana como patrimonio cultural de Colombia y haber instalado allí un centro cultural binacional hace que se evidencie que la cultura es el puente que une a los pueblos", sostuvo la viceministra.

Además, describió la restauración e inauguración del complejo cultural como "un gesto de Colombia por estrechar los lazos de cooperación y hermandad con Ecuador" y destacó que los habitantes de los municipios de ambos lados de la frontera comparten la misma cultura.

López detalló que en el evento estuvieron presentes tanto el alcalde del municipio colombiano de Ipiales, Gustavo Estupiñán, como el vicealcalde del pueblo fronterizo ecuatoriano de Tulcán, Javier Cadena.

Sin embargo, una reunión para analizar los proyectos de desarrollo fronterizo y de buena vecindad entre Ecuador y Colombia prevista para hoy en el puente de Rumichaca ha quedado postergada por decisión de ambas cancillerías.

El centro cultural binacional acogerá a 90 jóvenes colombianos y a otros tantos ecuatorianos que formarán el "Centro orquestal Batuta" y un centro de cómputo, así como espacios reservados a consejos de juventudes y a la promoción de artesanías de la zona.

La restauración del nuevo complejo cultural partió de una propuesta de la comunidad de Ipiales, el municipio del departamento de Nariño donde está ubicado, y se financió con capital del Ministerio de Cultura y de la alcaldía municipal.