La vivienda tiene 1,50 metros de ancho. La puerta principal tiene similar dimensión lo mismo la única ventana que está en el segundo piso.No hay espacio para más. Jacqueline Véliz, vecina dijo que los dueños son personas simpáticas y alegres que decidieron, en esa dimensión, construir su hogar. "Por lo general ellos no pasan aquí ya que trabajan", dijo para justificar la puerta con doble candado. Pero no sólo la casa llama la atención. El incremento de cyber café, cabinas telefónicas y cuartos de alquiler es otra de las características. Yenni Diaz, señaló que aquello se debe a la llegada de la Universidad san Gregorio que está al frente de la ciudadela; sólo hay que cruzar la carretera. Con ella, hace ya dos años, arribaron los estudiantes que en sus horas libres buscan chatear, comer o hablar por teléfono entonces esos negocios se incrementaron. Antes de eso el lugar era poco concurrido su sitio más reconocido era la mecánica del “Maestro Jecho” que aún se mantiene con su afamada versión de arreglos rápidos y certeros. Aún así la universidad no es alegría para todo, hay quienes consideran que la tranquilidad se fue cuando llegaron los universitarios “la bulla de los pitos de buses y taxis ya nos tiene locos” dijo Jacqueline para graficar el problema de exceso de ruido.Los vecinos dijeron que sin considerar el ruido, la vida aquí es tranquila, con muy poca delincuencia y con casi todos los servicios básicos, pues hay agua potable, alcantarillado, pavimentación y recolección de basura, una característica presente en pocos barrios de Portoviejo.