Y como el daño durará aproximadamente tres semanas, la corporación municipal, a pedido de la alcaldesa Patricia Briones de Poggi, ha declarado en emergencia al sistema de agua para tomar las medidas necesarias en procura de mitigar las necesidades que se presenten. Si bien en esta oportunidad las causas se deben a los imprevistos ceses de energía eléctrica que hace la Corporación Nacional de Electrificación (Cnel), la ocasión ratifica la obligatoriedad de que el concejo cantonal tome mayores prevenciones para evitar los desabastecimientos de agua potable. Porque hay que recordar que los portovejenses están cíclicamente sufriendo estos cortes del suministro de agua, por suspensión de la energía eléctrica o por la turbiedad del agua que es tomada desde el río, lo que constituye ya un problema endémico, y que como tal debió ser habérsele encontrado la solución; y si ésta existe, llevarla a la realidad. Al parecer las gestiones se han limitado a superar el momento de la urgencia con medidas paliativas y a esperar se presente nuevamente, posición que tiene que ser cambiada con una de mayor ejecutividad, con proyección futura, pues la política del parche tiene su efecto inmediato pero con desgaste posterior. Toca, entonces, a la administración entrante del concejo de Portoviejo, programar las acciones pertinentes que conlleven a hacer desaparecer estos inconvenientes, que además de causar pérdidas económicas afectan al desarrollo social. La población entiende los esfuerzos de la Empresa Municipal de Agua Potable y Alcantarillado de Portoviejo (EMAPAP), pero requiere de mayor eficiencia para su avance integral.