Los ejercicios del suelo pélvico, recomendados por fisioterapeutas y ginecólogos, ayudan a prevenir la incontinencia urinaria, mejorar el control muscular y potenciar la función sexual tanto en hombres como en mujeres. Su práctica regular, respaldada por estudios médicos desde mediados del siglo XX, ha cobrado relevancia durante 2025 por su impacto en la salud íntima y el bienestar general.
Qué son los ejercicios pélvicos y cómo se realizan
El suelo pélvico está formado por un conjunto de músculos y ligamentos que sostienen órganos como la vejiga, el útero y el intestino. Los ejercicios pélvicos, conocidos como Kegel, consisten en contraer y relajar estos músculos de forma controlada para fortalecerlos.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), estos ejercicios pueden realizarse en cualquier momento del día y no requieren equipamiento. La técnica básica consiste en contraer los músculos pélvicos durante tres a cinco segundos, mantener la tensión y luego relajar por el mismo tiempo. Con la práctica, se recomienda realizar series de 10 a 15 repeticiones, tres veces al día.
El entrenamiento pélvico también puede complementarse con fisioterapia guiada o el uso de dispositivos médicos diseñados para evaluar la fuerza muscular, especialmente en casos de debilidad severa o tras partos naturales.
Beneficios para la salud sexual
Diversas investigaciones médicas, entre ellas un estudio publicado por el Journal of Sexual Medicine, confirman que los ejercicios pélvicos pueden mejorar la respuesta sexual, incrementar la lubricación vaginal, favorecer la erección y potenciar el control eyaculatorio.
Esto ocurre porque un suelo pélvico fortalecido aumenta la irrigación sanguínea en la zona genital y mejora la percepción sensorial durante las relaciones.
En mujeres, estos ejercicios ayudan a recuperar la tonicidad vaginal tras el parto y pueden reducir molestias como la sensación de pesadez o el descenso uterino leve. En hombres, refuerzan el control muscular implicado en la erección y el orgasmo, además de prevenir problemas de incontinencia tras cirugías prostáticas.
La Asociación Española de Fisioterapia en Uroginecología (AEFI) destaca que la práctica diaria durante al menos ocho semanas es suficiente para notar mejoras en el control muscular y la sensibilidad pélvica.
Prevención de trastornos urinarios y posturales
Más allá de su impacto en la vida sexual, el fortalecimiento pélvico tiene un papel esencial en la prevención de la incontinencia urinaria y fecal. Un suelo pélvico débil puede generar escapes de orina al toser, reír o realizar esfuerzos físicos.
En personas mayores o mujeres posparto, los ejercicios regulares contribuyen a recuperar el control y reducir la necesidad de tratamientos farmacológicos.
Además, fisioterapeutas especializados señalan que un suelo pélvico fortalecido mejora la postura corporal y reduce molestias en la zona lumbar, al mantener un equilibrio entre la musculatura abdominal y pélvica. Esto se traduce en una mejor estabilidad del tronco y una respiración más eficiente.
Recomendaciones médicas
Los especialistas aconsejan iniciar los ejercicios con la guía de un fisioterapeuta pélvico, especialmente cuando existen síntomas como dolor, prolapsos o pérdida de control urinario. Es fundamental identificar correctamente los músculos pélvicos antes de empezar; usar los abdominales o glúteos por error puede generar tensión o resultados ineficaces.
Durante la práctica, se recomienda respirar de forma natural, evitar la contención del aire y mantener la constancia. También existen aplicaciones móviles y programas médicos que ayudan a realizar un seguimiento del progreso muscular.
Aunque se asocian a la salud femenina, los ejercicios pélvicos son igualmente beneficiosos para los hombres, especialmente en la prevención de disfunciones eréctiles leves y tras procedimientos urológicos.
Conclusión
Los ejercicios pélvicos representan una herramienta sencilla, gratuita y respaldada científicamente para mejorar la salud sexual, prevenir la incontinencia y reforzar la estabilidad corporal. Su práctica regular, acompañada de orientación médica, puede traducirse en un mejor control muscular y una vida íntima más saludable y satisfactoria.