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El equipo formado por científicos británicos y estadounidenses ha realizado, por primera vez, una cartografía de los profundos canales del lecho marino que se sitúan frente al glaciar y que, según se ha comprobado, provocan que el agua caliente se filtre y afecte a la parte inferior del glaciar, generando así su descomposición, de acuerdo con el estudio divulgado este miércoles.

La línea de asentamiento, el área donde la base del glaciar toca el suelo submarino, ha estado retrocediendo de manera rápida en las últimas décadas, ya que, a medida que el agua más templada se desliza debajo del manto flotante de hielo, erosiona su base, indicaron los expertos.
¿QUÉ APORTA LA NUEVA INVESTIGACIÓN?
El buque Nathaniel B Palmer ha mapeado más de 2.000 kilómetros cuadrados del lecho marino situado frente al glacial, lo que será fundamental para predecir las corrientes de hielo e intentar frenar el deshielo del conocido como "Glacial del Juicio Final".
"Estos canales no se habían mapeado antes con este detalle, y lo que hemos descubierto es que en realidad son mucho más grandes de lo que se pensaba, hasta 600 metros de profundidad. Piensen en seis campos de fútbol uno tras otro", afirmó Kelly Hogan, geofísica marina del instituto British Antarctic Survey (BAS) y autora de la investigación.
Hogan, en declaraciones a la BBC, explicó que estos canales son "tan profundos y tan anchos", que permiten que se filtre mucha más agua templada "que derrite el frente flotante de Thwaites, así como el hielo que descansa sobre el lecho marino".
El nuevo estudio, que está en marcha desde 2019, identifica los volúmenes de entrada de agua que se pueden considerar en diferentes escenarios, lo que aporta a los expertos una idea más precisa de la rugosidad general del fondo marino.
Así, han obtenido información sobre el tipo de velocidad que puede alcanzar el hielo de más atrás del glaciar al deslizarse sobre rocas y sedimentos.
LA IMPORTANCIA DE THWAITES
El glaciar Thwaites, ubicado sobre el mar de Amundsen, afectado por un continuo y acelerado deshielo, según muestran los estudios y las imágenes que los científicos recopilan a través de los satélites.
En la década de 1990, perdía poco más de 10.000 millones de toneladas de hielo al año, lo que se ha incrementado hasta las 80.000 millones de toneladas en la actualidad, lo que contribuye aproximadamente al 4 % del aumento anual del nivel del mar en todo el planeta.
De colapsar, un escenario que los expertos no sitúan en el corto o medio plazo, este río de hielo tendría el potencial de elevar 65 centímetros el nivel del mar.
¿QUÉ PUEDE SUCEDER EN UN FUTURO CERCANO?
Por el momento, el lado este de la plataforma de hielo está enganchado a una gran cresta, lo que le da estabilidad, aunque la tendencia de fusión actual sugiere que esta situación no durará mucho más, precisó el doctor Robert Larter, miembro del British Antarctic Survey.
La exploración del glaciar, prevista para este verano austral, se ha tenido que suspender temporalmente debido a la pandemia de la COVID-19, ya que su remota ubicación complicaría la evacuación si algún miembro del equipo resultase contagiado.
Los científicos señalaron que confían en poder reanudarla cuando el brote de coronavirus se haya contenido. EFE