Reuben Waithaka, un abuelo keniano de 72 años, lleva casi dos meses desaparecido en Alabama, Estados Unidos. Lo último que se supo es que viajó más de 13.200 kilómetros, desde Kenia hasta Alabama para asistir a la graduación de su primer nieto. La última vez que fue visto fue el 15 de mayo. Ocurrió días antes de la desaparición, y desde entonces, su familia, la policía local y la comunidad no lo han encontrado.
Waithaka, quien emprendió el largo viaje desde Kenia con gran entusiasmo, desapareció sin dejar rastro en circunstancias que aún no han sido esclarecidas. Según información preliminar, no asistió a la ceremonia de graduación, lo que alertó a sus familiares. La policía de Alabama inició una investigación inmediata, pero no se han revelado detalles sobre posibles pistas o sospechosos. El abuelo keniano desapareció sin dejar rastro.
Abuelo keniano no dejó ningún astro
La familia de Waithaka, junto con voluntarios de la comunidad local, ha organizado búsquedas exhaustivas. También distribuyeron volantes y utilizaron las redes sociales para difundir información sobre el caso. Las autoridades han revisado grabaciones de cámaras de seguridad y han entrevistado a testigos, pero los avances han sido limitados. No se han reportado indicios de actividad delictiva, aunque todas las hipótesis permanecen abiertas.
El caso del abuelo keniano ha generado conmoción tanto en Alabama como en Kenia, donde sus seres queridos mantienen la esperanza de encontrarlo con vida. La comunidad keniana en Estados Unidos también se ha movilizado, ofreciendo apoyo emocional y logístico a la familia. Las autoridades han instado a cualquier persona con información a contactar a la policía local para contribuir a la investigación.
Cruzó el mundo para una reunión familiar
La desaparición de Waithaka pone de relieve los desafíos que enfrentan las autoridades en casos de personas desaparecidas, especialmente cuando se trata de visitantes extranjeros. En 2025, Alabama ha reportado un incremento en casos de desapariciones, según datos policiales.Aquello ha llevado a reforzar los protocolos de búsqueda y coordinación con organizaciones comunitarias.
Mientras las investigaciones continúan, la familia de Waithaka mantiene su fe y solicita a la ciudadanía cualquier dato que pueda ayudar a resolver el caso. La incertidumbre persiste, pero los esfuerzos conjuntos no cesan en la esperanza de hallar al abuelo keniano que cruzó el mundo para celebrar un momento familiar.