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La pornografía que involucra a niños y adolescentes es un problema que se extiende en forma clandestina en la sociedad y que afecta, sobre todo, a las víctimas y su entorno; por tanto, debe vigilarse más de cerca.

Los expertos aseguran que durante la pandemia, debido a las restricciones de movilidad y el aumento de la conectividad, incrementaron el acceso, la oferta y la demanda de publicaciones pornográficas que involucran a menores de edad.

En los últimos años se han conocido varios casos en Ecuador, algunos en Manabí, pero es posible que haya muchos más que ni siquiera están bajo la mira de la Policía.

“Es deber primordial del Estado garantizar el bienestar y la integridad de niños y adolescentes”.

El Estado ecuatoriano, más allá de acciones puntuales como operativos aislados o campañas, debería desarrollar una investigación profunda y monitorear estos casos, entendiendo que es un delito grave que afecta psicológicamente a las personas agredidas y que hay bandas -incluso transnacionales- que se dedican, bajo engaños y amenazas, a reclutar y obligar a los menores de edad a tomar parte en estas punibles acciones.

Garantizar el bienestar y la integridad de niños y adolescentes es un deber primordial del Estado y, como tal, debe atenderse estos casos con sumo interés, identificando y sancionando con severidad a quienes se dedican a ellos.

Editorial de El Diario publicado este miércoles 9 de marzo del 2022 en nuestra edición impresa.