Tanto la Fiscalía como los organismos de control y las autoridades institucionales tienen la responsabilidad de perseguir y combatir la corrupción en cualquiera de los ámbitos, en todos los niveles.
La corrupción se ha convertido, lamentablemente, en un mal que se habla a diario en el país. Se han denunciado casos en todos los niveles administrativos, sin excluir a los más altos cargos, entre los cuales están expresidentes de la República, exasambleístas y titulares de organismos de control.
“Felizmente, hay, también, muchos casos de honestidad en el manejo público”.
Solamente el año pasado, las fiscalías del fuero de corte, que procesan denuncias de funcionarios de alto nivel, abrieron 158 expedientes, de los cuales cuatro recibieron sentencias.
La escasa cantidad de expedientes resueltos muestra, además, la lentitud de los procesos, originada en muchos casos por los entrampamientos jurídicos.
La corrupción se ha extendido a todos los ámbitos, aunque, felizmente, también son muchos los casos de funcionarios honestos.
No será suficiente con llenar las cárceles de funcionarios corruptos. El combate a tan agresivo mal también debe hacerse con formación en valores, conciencia y ejemplo.
Editorial de El Diario publicado este viernes 6 de agosto del 2021 en nuestra edición impresa.